En 2030, la Inteligencia Artificial habrá modificado la forma en la que nos desplazamos hasta el trabajo, cómo son educados nuestros hijos y cómo cuidamos de nuestra salud.
Esa es la conclusión obtenida por el grupo de académicos y de expertos tecnológicos que participan en el proyecto “Cien Años de Estudio en Inteligencia Artificial” (AI100), llevado a cabo por la Universidad de Stanford. Dicho proyecto se centra en intentar prever los avances que trae consigo la IA, los desafíos éticos que dichos avances presentarán y la forma en la que las tecnologías inteligentes transformarán la vida urbana.
El informe “Inteligencia artificial y vida en 2030” analiza cómo esta tecnología afectará al empleo, salud, seguridad, entretenimiento, educación, robots, transporte y comunidades pobres.
“Creemos que las aplicaciones de Inteligencia Artificial especializada serán más comunes y más útiles en 2030, mejorando nuestra economía y nuestra calidad de vida”, afirma Peter Stone, presidente del panel de expertos internacionales. “Sin embargo, esta tecnología también presentará profundos desafíos, afectando a empleos, ingresos y a otros asuntos que deberíamos comenzar a abordar ahora para asegurarnos de que los beneficios de la IA son ampliamente compartidos”, continúa Stone.
En el informe los científicos anticipan algunos problemas, pero también expone las múltiples ventajas que los avances tecnológicos traerán consigo.
“Las tecnologías de Inteligencia Artificial pueden ser seguras y muy beneficiosas”, asegura Barbara Grosz, investigadora de la Universidad de Harvard y presidenta del comité de AI100. “Al ser transparentes sobre los retos de diseño y de despliegue de la IA creará confianza y evitará miedos injustificados y sospechas”.
Los investigadores de este estudio señalan que cuando se trata de Inteligencia Artificial y transporte, los vehículos de conducción autónoma y los drones de entrega aérea podrían cambiar los patrones de viaje y de vida en las ciudades. Asimismo, el informe predice que los robots que ofrecen servicios en el hogar no solo se encargarán de la limpieza, sino que además realizarán funciones de seguridad; los sensores inteligentes controlarán los niveles de azúcar en la sangre; y servicios como el de distribución de comida en barrios pobres y el análisis de patrones delictivos podrían verse ampliamente mejorados.
Los científicos y expertos tecnológicos han señalado que este trabajo debería comenzar ya a encontrar la forma de ayudar a las personas a adaptarse, ya que la economía está experimentando cambios muy rápidos, algunos trabajos está desapareciendo y otros nuevos emergen. “Hasta ahora, casi todo lo que se sabía de Inteligencia Artificial venía de los libros de ciencia ficción y de las películas. Este estudio proporciona una base realista para discutir cómo las tecnologías de Inteligencia Artificial pueden afectar a la sociedad”, concluye Peter Stone.
Fuente: computerworld.es